viernes, 11 de junio de 2010

Expediciones

La expedición más famosa en busca de El Dorado fue aquélla de Francisco de Orellana en 1541, aunque hubo otros intentos antes de ésta. Al principio, los exploradores buscaron El Dorado en los Andes, cerca de Colombia. Sebastián de Belalcázar, un conquistador español que había viajado con Cristóbal Colón y Francisco Pizarro, buscaron El Dorado en el sur-occidente de Colombia en 1535. Nicolás de Federmann, explorador y cronista alemán que participó en la conquista española de Venezuela y Colombia, también dirigió una expedición para buscar El Dorado en 1535. El conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada partió en busca de El Dorado en 1536. Después de haber derrotado a los Muiscas y haber establecido a Bogotá como la capital del Nuevo Reino de Granada, Quesada se dio cuenta de que Federmann y Belalcázar también habían reclamado la misma tierra; en un pacífico encuentro llevado a cabo en Bosa, les convenció de regresar a España en 1539 y resolver el asunto.

Mientras los tres entablaban batallas legales por Nueva Granada, otros hombres continuaron la búsqueda. En 1541 Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana salen en pos de El Dorado y terminan en un desastroso viaje por el Amazonas. Después de dividirse en dos grupos, Pizarro y sus hombres regresaron a Quito, mientras que Orellana continuó el viaje, descubriendo y dando nombre al río Amazonas.

En 1541 el explorador español, nacido en Alemania, Felipe de Utre, emprendió una infructuosa búsqueda de El Dorado a lo largo del Amazonas en el territorio de Omagua. Encontró un territorio densamente poblado, pero ningún reino dorado.

Walter Raleigh fue el primer explorador inglés en emprender la búsqueda. Raleigh partió para la Guyana, como la denominó en 1595. Navegó a lo largo del río Orinoco hacia el interior de la Guyana, encontró algunos objetos de oro, pero nada de las dimensiones de la leyenda, después de lo cual publicó un libro sobre su viaje titulado El descubrimiento de la Guyana, donde promovía la exploración del Reino Dorado.

En 1987 se publicó en un diario local Folha de Boa Vista del estado de Roraima (Brasil) lo que podría significar, si se verifica, un descubrimiento excepcional hecho por Roland Stevenson, chileno radicado en la ciudad de Manaus. Dio cuenta de un camino inca desde el Ecuador hasta las sierras de las Guyanas con tambos de piedra en su recorrido. Además encontró vestigios de indumentaria inca e inclusive grabados en piedra con motivos andinos. Especuló además con que el nombre «Guyana» podría provenir del Inca Guayna Capac, ya que se su pronunciación es semejante, y aseguró que algunas etnias hablaban una lengua emparentada con el idioma quechua,[1] así como que la fisonomía de algunos representantes de la etnia Yanomami era muy parecida a la de los pobladores andinos.